sábado, 29 de enero de 2022

Recital 2015 de Pancho Cabral y Matías Ortíz Sosa - Mendoza

Matías Ortiz Sosa y Pancho Cabral 2015 


Este recital fue grabado de forma muy rudimentaria con un zoom, desde el escenario mismo en Godoy Cruz, provincia de Mendoza, en 2015. Por tanto, su calidad no es la mejor pero la actuación bien vale que se preserve. En particular, aunque esto ya es pasado para Matías, sus arreglos y ejecuciones son excelentes y van a la par de la poesía de Cabral. Ojalá lo disfruten.

viernes, 14 de enero de 2022

La resistencia riojana a la megaminería: ¡NO PASARÁN!



 

 Por María Rosa Di Santo


 

Por estos días la Rioja vuelve al discurso público nacional por dos razones: el calor excesivo y la resistencia ciudadana a los emprendimientos megamineros.

Enfocando la segunda y escribiendo desde la primera - 40 grados -, la impresión es que esa resistencia atraviesa a la sociedad sin importar las tendencias político partidarias de los ciudadanos.

Del otro lado de estos territorios andinos, los que se van anoticiando y recuerdan que 'el Famatina no se toca' sigue vigente desde hace muchos años, no parecen comprender. La minería es necesaria, dicen, capaz pensando en una pesadillesca  distopía de no poder mantener sus celulares en funcionamiento.  Los más informados sostienen que el país  (otra vez, otra vez más) necesita divisas y debe explotar la megaminería para exportar y así pagar una deuda externa que todos – los que la tomaron y los que la habilitaron – sabían que era impagable y que no benefició a los pueblos que hoy deberían sacrificarse.

Y claro que la minería es una actividad lícita y necesaria, pero no a una escala mega que la convierte en incontrolable en nombre de la rentabilidad de la inversión.

Por aquí ya sabemos que el Estado no controla; que los informes de impacto ambiental son sospechosos; que no hay técnicos que, con los sueldos que cobran como empleados estatales, resistan un plus que es una fortuna para ellos y unas monedas para las multinacionales.  Y cuando los hay, son trasladados, removidos,  olvidados en alguna oficina ignota. Nada nuevo.  Hasta Borges vivió esto.

También sabemos que las empresas no se ocupan de los pasivos ambientales que dejan a su paso, como bien se puede observar en Los Colorados, después de la explotación de uranio entre los 80 y los 90. El poblado homónimo fue diezmado por la enfermedad y la muerte,  pero nadie les advirtió en su momento de los  daños colaterales de la mina. Los sobrevivientes de Los Colorados aún no tienen ni electricidad. ¿Dónde está el desarrollo que 'derrama' sobre los más pobres? ¿Dónde está el desarrollo entre los pueblos vecinos en San Juan,  como Jachal,  otrora una inmensa quinta que nos proveía de frutas y verduras? ¿Dónde está el desarrollo entre las zonas afectadas por Bajo la Alumbrera en Catamarca?

En la Rioja tenemos un doctorado en discursos mentirosos de políticos ambiciosos y condicionados. ¿Quién no recuerda por aquí las loas al supuesto impacto positivo de la minería del gobernador y presidente Carlos Menem cuando iniciaba con bombos y platillos La Alumbrera;  del gobernador y antes secretario de minería de la nación, el geólogo Ángel Maza;  del panqueque Luis Beder Herrera después de haber alcanzado el poder?

Las mentiras oficiales ni siquiera requieren lecturas de archivos periodísticos sobre Nonogasta, departamento Chilecito.  Basta ver los residuos contaminantes que viene dejando la ex curtiembre Yoma a cielo abierto desde hace 30 años. O el registro de enfermedad,  discapacidad, malformaciones y muerte de sus habitantes. Nuestro pequeño Chernobyl... Con el verso de la creación y mantenimiento de la fuente de trabajo, las autoridades ocultaron y negaron sistemáticamente que este tipo de industria es una de las más contaminantes que se conocen.

La Rioja necesita desarrollarse,  es cierto. Necesita fuentes de trabajo alternativas al propio Estado, pero que perduren, no que sean temporales.

El cómo es una discusión de fondo que la política no da, porque los partidos principales son ortodoxos en tal sentido y el PRO de Mauricio Macri no se diferencia del Peronismo.  Basta con revisar la historia económica argentina para ver las continuas oscilaciones entre quienes más o menos redistribuyen una riqueza que proviene básicamente de la exportación de materias primas con escaso valor agregado. 

Casualmente, el imperativo de exportar desde soja y carne, trigo y maíz, petróleo y oro o lo que venga, es más potente cada vez que hay que pagarle a los acreedores externos.  Desde la Baring para acá  ¿quiénes, aparte de los prestamistas, se han beneficiado con la toma de deuda incluso para pagar deuda, como Mariu Vidal dijo que ellos hubieran hecho si eran reelectos?

¿No es llamativo que potencias como Inglaterra antes y EEUU ahora presten dineros bajo condiciones que saben inviables a cambio de compromisos que les aseguran los recursos que necesitan y la injerencia permanente sobre la política local?

A pedido de Trump,  Macri fue beneficiado como nunca nadie en el mundo por el FMI.  Fue un aporte a su campaña  ( y ni así pudo ganar) pero a la vez una inversión a mediano plazo: el FMI podría controlar la gobernanza en caso de que la ultraderecha perdiera.

Y así es. Desde que se tomó esa deuda no hablamos de otra cosa. A medida que se acercan los vencimientos, se convierte en el tema único de la agenda nacional.

El gobierno peronista necesita divisas y apuesta a lo de siempre, exportar. Pero no exportar con valor agregado, que genere fuentes de trabajo, sino sacar del país recursos naturales y materias primas. Como digo, lo que venga.  El mismo modelo desde fines del XIX.  El mismo modelo que aplicaron sucesivos gobiernos de facto y democráticos que, en lugar de reducir la pobreza, la aumentaron.

Entonces ¿por qué,  por qué hay poblaciones ancestrales que deben aceptar el sacrificio para satisfacer los deseos de nuestros acreedores y la impotencia de nuestros gobernantes?

La respuesta ciudadana es NO.

Llámennos ignorantes,  atrasados, lo que quieran. Bárbaros, como decía Sarmiento. Aunque no lo parezca, por aquí venimos aprendiendo de los propios yerros de  quienes nos representan basados en un sistema político partidario  que hace agua por todos lados y por un modelo de país que apuesta a lo conocido y al viejo estilo unitario de tomar decisiones.

No. La Rioja es la provincia con menos agua del país,  una provincia caliente, adversa en su clima, bellísima en su geografía.  Hasta ahora, tiene cuatro universidades, es decir que forma profesionales se supone que capaces en lo suyo. Sin embargo, como una constante desde la organización nacional, sigue sometida a los dictados nacionales porque depende de sus fondos en más del 90% de lo que invierte sólo para sobrevivir. Así es como los sucesivos gobiernos centrales presionan a los locales para lograr imponer sus políticas, como ahora la megaminería.  Pero nosotros ya sabemos, ya no somos Los Colorados. Leemos, nos informamos, consultamos y observamos acá nomás, en nuestro territorio y en los de nuestras provincias vecinas.

Y decimos que no, que no pasarán,  porque cuando pasan y se instalan no las saca nadie. Se van solas dejando el daño, con las alforjas llenas.

Un país bendecido con riquezas naturales soñadas para otros no puede quebrarse por la inoperancia, la cortedad de miras y la corrupción de las minorías. No podría, no debería, pero aquí andamos, quebrados. O al menos las mayorías.

Hace poco vi un documental que recomiendo sobre el Congo. Su maldición es casi similar a la nuestra: tiene, por propia naturaleza, de todo. A diferencia de los congoleños, nosotros también tenemos la educación. Con sus falencias, eso aún nos distingue. Bueno, habrá que pedirles a los genios de la economía que imaginen, inventen, piensen algo nuevo que sea lo menos nocivo posible.

El calentamiento global, las pestes, la contaminación ambiental son los pasivos ambientales de los modelos de producción conocidos. Ya que estudian tanto y trabajan asesorando ¿qué tal si piensan alternativas? ¿O vamos a seguir siendo un país con una historia con hipo?