Este ha sido mi aporte al libro, escrito en agosto de 2014.
FOPEA – EJE TEMÁTICO 1: PRINCIPALES LIMITANTES AL
EJERCICIO PROFESIONAL
Periodistas en La Rioja
EL ARTE DE LA FLOTACIÓN
EN EL MAR DEL ESTADO
Por María Rosa Di Santo[i]
El mar
A ojos de algunos navegantes de otros puertos, para
entender este mar tal vez habría que hacer un poco de historia.
Durante muchas décadas posteriores a la definición legal
de un país federal y la construcción real de un país unitario, La Rioja, provincia
periférica en el contexto nacional, se sostuvo como un fenómeno casi meramente
vegetativo. Pobre, dependiente, sin salida después de la destrucción casi total
de su economía regional, albergaba las familias que verían emigrar a sus hijos
en el mejor de los casos para estudiar en las universidades; en la mayoría para
trabajar en las minas de la
Patagonia , las fábricas del Conurbano o Córdoba, o como
servicio doméstico y trabajadores no calificados, en general, donde hiciera
falta.
Desde los años 60 del siglo pasado la cosa empezó a
cambiar. Los aires libertarios de América Latina llegaron también a la
provincia junto a periodistas como Alipio Paoletti, escritores como Daniel Moyano, religiosos como
Enrique Angelelli.
La última dictadura trajo el dolor de cientos de
detenidos y varios desaparecidos, pero también la aplicación de una ley de
promoción que dio origen a un parque industrial y significó a la vez la llegada
de técnicos y profesionales tentados por el trabajo.
Con la democracia volvió a la acción Carlos Menem. Ya no
con veleidades de montonero, sino con sueños de presidente y, a caballo de sus
aspiraciones políticas, intentó
convertir a La Rioja
en una ‘isla de progreso’.
Si en los años 80 el Estado se agrandó porque “gobernar
es dar trabajo”; en los 90 fue el conejillo de indias de las políticas
privatizadoras y descentralizadoras de la dupla Menem-Cavallo; y en la ‘década
ganada’ el Estado volvió a crecer hasta límites desconocidos.
El Estado es ahora un mar que mueve la producción (por la
creación de empresas estatales, el fin de la promoción industrial y el quiebre
de los emprendimientos tradicionales); los servicios (gracias a la
reestatización de lo que se había privatizado en los 90); el empleo; la fuente
del dinero que circula en el territorio (en más de un 95% proveniente del
reparto que hace el Estado nacional); y la prestación de los servicios básicos
que hacen al Estado de supuesto bienestar (educación, salud, justicia y
seguridad)
El ancla
Desde 1983 el peronismo clavó anclas en La Rioja y hasta ahora no las
levó jamás.
Tan persistente fue su acción que hubo ocasiones, como en
2007, que para remover a un gobernador y dejar que otros gozaran de las mieles
del poder, la Legislatura
actuó excepcionalmente como Poder Legislativo, en el viejo sentido de
Montesquieu, controló al Ejecutivo y lo destituyó mediante juicio político.
El ancla sigue en el lugar y hoy, 2014, el mar del Estado se confunde con
las aguas del gobierno y éste con la facción que gobierna, porque el partido
justicialista fue, en la práctica, inundado. De 36 bancas, el peronismo en sus
distintas vertientes ocupa 32. En la justicia elige, destituye o jubila a los
jueces y marca el ritmo de las causas, pese a que existe el Consejo de la
Magistratura. La mora judicial, que es lo corriente, se transforma en frenética
celeridad cuando el gobierno advierte algún riesgo para sí mismo.
El curso de la navegación
Eduardo Menem, ex senador nacional y hermano del ex
presidente, pretende recuperar en 2015 estas tierras ocupando el sillón que
Carlos usó por tres mandatos (uno inconcluso). El 26 de agosto pasado dijo: “En La
Rioja , el índice de pobreza es altísimo (48 por ciento), el
segundo en el país después de Chaco; la mortalidad infantil es la segunda más
alta del país; la inseguridad es pavorosa; los índices de educación son pésimos;
hablan de un modelo productivo y hay 10.000 obreros que perdieron sus trabajos
en el Parque Industrial' (FMAméricaNoticias.com).
El
Estado paga “alrededor de 73.000” obligaciones salariales (entre sueldos,
programas de inserción laboral, planes sociales, contratos, pasantías,
tutorías, becas, etc.) dijo el Ministro de Hacienda, Ricardo Guerra, el 18 de
junio pasado (Riojavirtual.com). Según el último Censo, la provincia tiene unos
333.000 habitantes. Más del 20% depende del Estado, sin contar jubilados y
pensionados (la mayoría nacionales).
El
sueldo mínimo de bolsillo es de 5.145 pesos. Los mejores sueldos en general
oscilan entre los 12 y los 15.000 pesos.
La flotación
La información pública es básicamente la que hace
circular la casa de gobierno y todos los entes públicos, dado que si una fuente
de trabajo ha crecido exponencialmente en los últimos años para el área de la
comunicación ha sido la prensa institucional. Nadie que se piense como personaje
‘público’ carece de un asistente de prensa.
“Ayudame
en la campaña, hay que analizar información, armar estrategias
comunicacionales. Te contrato a través del Congreso” le dice el pariente
directo de un legislador nacional a un periodista.
A mediados de este año se sacó
de Internet el Boletín Oficial on line, pero regresó después de una tenaz
campaña en la que Fopea fue protagonista. No hubo explicaciones.
El año pasado, también por el
alerta de Fopea, se frenó un intento abusivo de colegiación de periodistas.
Este año anda dando vueltas un
proyecto para regular éticamente la profesión. Todavía no prosperó.
Así las cosas, para cualquier
periodista riojano leer o escuchar lo que dicen los medios de comunicación de La Rioja es repasar todos los
materiales que han llegado previamente a su casilla de correo desde los
organismos oficiales de prensa.
Hay excepciones. Hay unos
pocos medios y periodistas que tienen la iniciativa, que entrevistan (cuando
los funcionarios y legisladores los atienden), que dan lugar a las minorías, que
intentan fijar su propia agenda, que no reciben regalos, que guardan una
distancia prudente del poder.
Pero es difícil.
Hay que flotar.
“Yo saco 3.000
pesos por unas 4 horas de trabajo, sin contar con el tiempo que me lleva estar
informado”
“Soy empleado
estatal, pero en realidad trabajo para un multimedio privado (propiedad de un
dirigente)en el mismo horario
“Soy empleado de
medios estatales y a la vez trabajo para un medio privado, para completar unos
mangos más”
“Yo soy asesor”
“Vendo
publicidad, compro el espacio”
“Soy
monotributista”
“Cobro
200 pesos por día, pero no de trabajo. Por día en que mi trabajo es publicado.
Los gastos corren por mi cuenta”
“Como
casi todos, no vivo del periodismo. Mi principal ingreso es otro”
En La Rioja hay 5 universidades y
30 institutos superiores, carreras de comunicación en ambos ámbitos, pero es
difícil ser un periodista profesional. Hay decenas de emisoras de radio en toda
la provincia, dos diarios y varios semanarios, muchos portales de Internet,
canales de televisión tradicionales y on line.
Los contenidos son limitados y
la investigación periodística, escasa.
Hay mucho de pasión, de
voluntad, de adrenalina en hacer periodismo. Muy pocas veces alcanza para
nadar, la mayoría de las veces se flota, pero muchos se ahogan.
Caso
1:
Profesional
de experiencia: “No me pagues, no te pago. Dejame hacer este programa. Vos
ponés el aire, la tecnología, el operador y el teléfono y yo la producción y
puesta al aire”.
Empresario
de medios: “No puedo, tengo 20 empleados. Con vos pierdo la pauta oficial”.
Caso
2:
Responsable
de Prensa institucional de organismo público: “Yo te doy dos móviles, te los
pago, pero tenés que cubrir todos nuestros movimientos”
Caso
3:
Funcionario
de Prensa oficial: “Uds. Se dedican a ser terrorismo desde la radio ¿y así
querés cobrar la pauta?”
Caso
4:
“Ayer
un móvil de turno cubría la actividad del ministro X. Una vecina disconforme
intentó salir al aire por la radio, a través del móvil. Mientras era
entrevistada, llegaron 4 tipos que, en nombre del ministro X, le arrebataron el
equipo al móvil e interrumpieron la nota, que salía en vivo. El periodista se
fue, con el miedo lógico”.
Las redes
Desde 2011 el gobierno dispuso
que todos los alumnos y docentes de todos los niveles del sistema educativo
tuvieran computadoras portátiles y el servicio de Internet gratis o a bajo
costo a través de una empresa estatal (Internet para Todos).
Lo que se presentó como una
política destinada a mejorar la calidad educativa y una “revolución” en la educación, fue una
revolución cultural. No hubo filtro posible. La gente se fue apropiando de la
red a través de redes sociales.
Los nuevos movimientos
sociales, configurados bajo el modelo horizontal de asambleas ciudadanas,
habían surgido 5 años antes para resistir el avance de la megaminería.
Las redes convergieron con los
movimientos ciudadanos.
Y la credibilidad de los
medios quedó al desnudo, frente a las alternativas de escuchar pluralidad de
voces sin la mediación de los medios tradicionales.
El mar se embraveció, pero las
islas fueron surgiendo. En lugar de estar aisladas, se configuraron en
archipiélagos. Y el ancla comenzó a comportarse como si sólo encontrara arena
para intentar asirse inútilmente a algo firme. Famatina rompió las barreras
informativas y se convirtió en nave más allá de La
Rioja. En 2013 un movimiento básicamente
estudiantil, pero interestamentario, después de un mes de toma puso fin a una
réplica del régimen provincial que gobernaba la Universidad Nacional
de La Rioja
desde hacía más de 20 años. Antes y
después de la toma hubo elecciones. En las PASO ganó la oposición y en octubre
el oficialismo la superó por agónicos 707 votos. Y a fines de agosto pasado Fernando
Rejal, un Ministro del gobernador Luis Beder Herrera, reconoció públicamente
que "el peronismo corre el riesgo de que
no le vaya bien” en el 2015.
Las redes son, para los periodistas, fuentes
varias de información y franca competencia. Lo que no se dice en los medios
tradicionales, se dice allí. Lo que en los medios tradicionales y los nuevos
medios puede significar una denuncia judicial contra sus editores responsables,
en las redes se diluye (por ahora) entre versiones de versiones.
“-¿Por qué no
dijiste, por qué tu medio no publicó esto?
-Porque no hay
ninguna prueba, ningún testimonio. Capaz que fue cierto, pero no podemos
divulgar una versión porque sólo es verosímil. En la residencia oficial de la
gobernación supuestamente había dos personas. Supuestamente se pelearon por un
perro. Supuestamente hubo disparos. Supuestamente eran el hijo del gobernador y
un guardia. Pero no hay nada concreto.
-¡Cobardes,
vendidos! ¿Cuánta plata te está poniendo Beder?
Mientras tanto el
gobierno denunció al periodista y editor de un portal que difundió la versión,
que fue tomada por varios medios nacionales. En horas nomás, fue citado por la
justicia a declarar, ni él sabía en calidad de qué”.
¿Cómo se flota en estas aguas? ¿Cómo se ejerce el periodismo en este mar de
incredulidad, de descreimiento, de sospecha generalizada?
¿Cómo se logra la independencia sin haber
alcanzado la autonomía?
¿Cómo se hace periodismo profesional, bajo
reglas éticas que nos autoregulen?
¿Acaso las condiciones limitantes en el
ejercicio profesional sirven de excusa para los periodistas?
¿Son la mejor coartada a la vista frente a
otros problemas, que también tenemos, de irresponsabilidad, negligencia, falta
de formación adecuada, comodidad, resignación y directamente corrupción?
No debería, no debería.
Hay algunos atajos. Pocos. Uno de ellos es ejercer
a la vez la docencia, donde se ingresa no por la cara sino por y donde se
supone que hay estabilidad en el cargo.
Claro, otro atajo sería vender la publicidad a
muchos anunciantes privados.
“-Pero si querés que
diga, que la radio hable, ¡contratá una pauta!
-¿Con qué guita?
Cada vez vendemos menos y la recesión nos está matando. No podemos reponer
mercadería, menos podríamos hacer publicidad…”
En La
Rioja los problemas y preocupaciones de los periodistas que
han participado de las consultas de Fopea en todo el país son una realidad, una
parte del cotidiano, aunque sólo reconocidos por aquellos que logran
desnaturalizar este estado de cosas.
Lo peor de
los condicionamientos externos es su internalización, porque entonces nos
arriesgamos a creer que este modo en el que las cosas son hoy es el único posible.
Incluso muchos de nuestros colegas aparecen convencidos del discurso oficial.
Aún recuerdo aquel periodista de la TV oficial que, mientras informaba sobre
los resultados en agosto 2013, prácticamente retaba a los electores en las PASO
por haber votado en contra del oficialismo.
En 2011 mil
periodistas de todo el país decían creer que el periodismo estaba condicionado.
Tres años después las percepciones de los periodistas se habían agravado:
- “El principal problema que
los propios periodistas mencionan es el bajo nivel salarial (48%)
- En segundo lugar, la dependencia
de la publicidad oficial (más señalada en el interior del país) y la falta
de rigor profesional de los periodistas, ambas con el 37%.
- El nivel de credibilidad de los
periodistas argentinos en la sociedad de hoy es medio (5.6).
- “La evaluación del nivel de
independencia en el ejercicio de la profesión es de 6,4. Bajó con respecto
a la encuesta realizada en el 2011 que era 7”.
- “El 61% de los periodistas
definen principalmente al periodismo de hoy como condicionado y en menor
medida como crítico, extorsivo y complaciente”.
Al menos en La Rioja , las redes sociales y en cierta medida los
medios comunitarios han disminuido el recorte en la circulación de información.
Periodistas y medios pueden autocensurarse, el poder puede censurar, pero no
pueden censurar las redes ni los mensajes de texto. No, al menos, al costo de
asumirse públicamente como totalitarios.
Si, entonces, la situación de la provincia se
agravó frente al avance estatal y gubernamental y, a futuro, el ejercicio
profesional del periodismo ‘de medios’ es una gran incógnita, lo que
verdaderamente ha mejorado aquí es un sector no desdeñable de la sociedad civil
y es posible que, en la medida en que los periodistas sepamos buscar
alternativas, fortalecernos y aceptar nuevos desafíos, el panorama mejore
también para nosotros.
Sería algo así como reaprender a nadar en
alguna dirección, en lugar de sostenernos a flote como podamos.
Obvio, nadie dijo que sería fácil.
Como intelectuales, es bueno que los
periodistas asumamos que “no hay democracia efectiva sin verdadero contrapoder
crítico. (…) El trabajo de demolición del intelectual crítico – muerto o
viviente (…) – es tan peligroso como la demolición de la cosa pública” (P.
Bourdieu (2011) ‘Intelectuales, política y poder’; EUDEBA)
[i] Licenciada en
Comunicación Social UNC; Master en Sociología y Ciencias Políticas FLACSO;
Corresponsal Agencia DyN desde 1993. Investigadora.
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