viernes, 11 de diciembre de 2015

PERIODISMO CERCAN(D)O, INFORME DE SITUACIÓN - FOPEA y EL ARTE DE LA FLOTACIÓN EN EL MAR DEL ESTADO

Periodismo Cercan/do - Un panorama de cómo se ejerce la profesión en la República Argentina, país federal

Este ha sido mi aporte al libro, escrito en agosto de 2014.

FOPEA – EJE TEMÁTICO 1: PRINCIPALES LIMITANTES AL EJERCICIO PROFESIONAL

Periodistas en La Rioja

EL ARTE DE LA FLOTACIÓN EN EL MAR DEL ESTADO

Por María Rosa Di Santo[i]


La Rioja es una provincia estructuralmente seca. Sin embargo, las aguas del Estado bañan prácticamente todas sus tierras, aún las más altas. Como el mar, no son aguas quietas. A veces, en días tormentosos, las olas se elevan de tal forma que pueden ahogarte. Así que ser periodista en La Rioja equivaldría a aquel que, a merced de esas aguas, intenta mantenerse a flote. Sobrevivir.

El mar

A ojos de algunos navegantes de otros puertos, para entender este mar tal vez habría que hacer un poco de historia.
Durante muchas décadas posteriores a la definición legal de un país federal y la construcción real de un país unitario, La Rioja, provincia periférica en el contexto nacional, se sostuvo como un fenómeno casi meramente vegetativo. Pobre, dependiente, sin salida después de la destrucción casi total de su economía regional, albergaba las familias que verían emigrar a sus hijos en el mejor de los casos para estudiar en las universidades; en la mayoría para trabajar en las minas de la Patagonia, las fábricas del Conurbano o Córdoba, o como servicio doméstico y trabajadores no calificados, en general, donde hiciera falta.
Desde los años 60 del siglo pasado la cosa empezó a cambiar. Los aires libertarios de América Latina llegaron también a la provincia junto a periodistas como Alipio Paoletti,  escritores como Daniel Moyano, religiosos como Enrique Angelelli.
La última dictadura trajo el dolor de cientos de detenidos y varios desaparecidos, pero también la aplicación de una ley de promoción que dio origen a un parque industrial y significó a la vez la llegada de técnicos y profesionales tentados por el trabajo.
Con la democracia volvió a la acción Carlos Menem. Ya no con veleidades de montonero, sino con sueños de presidente y, a caballo de sus aspiraciones políticas,  intentó convertir a La Rioja en una ‘isla de progreso’.
Si en los años 80 el Estado se agrandó porque “gobernar es dar trabajo”; en los 90 fue el conejillo de indias de las políticas privatizadoras y descentralizadoras de la dupla Menem-Cavallo; y en la ‘década ganada’ el Estado volvió a crecer hasta límites desconocidos.
El Estado es ahora un mar que mueve la producción (por la creación de empresas estatales, el fin de la promoción industrial y el quiebre de los emprendimientos tradicionales); los servicios (gracias a la reestatización de lo que se había privatizado en los 90); el empleo; la fuente del dinero que circula en el territorio (en más de un 95% proveniente del reparto que hace el Estado nacional); y la prestación de los servicios básicos que hacen al Estado de supuesto bienestar (educación, salud, justicia y seguridad)

El ancla

Desde 1983 el peronismo clavó anclas en La Rioja y hasta ahora no las levó jamás.
Tan persistente fue su acción que hubo ocasiones, como en 2007, que para remover a un gobernador y dejar que otros gozaran de las mieles del poder, la Legislatura actuó excepcionalmente como Poder Legislativo, en el viejo sentido de Montesquieu, controló al Ejecutivo y lo destituyó mediante juicio político.
El ancla sigue en el lugar y  hoy, 2014, el mar del Estado se confunde con las aguas del gobierno y éste con la facción que gobierna, porque el partido justicialista fue, en la práctica, inundado. De 36 bancas, el peronismo en sus distintas vertientes ocupa 32. En la justicia elige, destituye o jubila a los jueces y marca el ritmo de las causas, pese a que existe el Consejo de la Magistratura. La mora judicial, que es lo corriente, se transforma en frenética celeridad cuando el gobierno advierte algún riesgo para sí mismo.

El curso de la navegación

Eduardo Menem, ex senador nacional y hermano del ex presidente, pretende recuperar en 2015 estas tierras ocupando el sillón que Carlos usó por tres mandatos (uno inconcluso). El 26 de agosto pasado dijo:  “En La Rioja, el índice de pobreza es altísimo (48 por ciento), el segundo en el país después de Chaco; la mortalidad infantil es la segunda más alta del país; la inseguridad es pavorosa; los índices de educación son pésimos; hablan de un modelo productivo y hay 10.000 obreros que perdieron sus trabajos en el Parque Industrial' (FMAméricaNoticias.com).
El Estado paga “alrededor de 73.000” obligaciones salariales (entre sueldos, programas de inserción laboral, planes sociales, contratos, pasantías, tutorías, becas, etc.) dijo el Ministro de Hacienda, Ricardo Guerra, el 18 de junio pasado (Riojavirtual.com). Según el último Censo, la provincia tiene unos 333.000 habitantes. Más del 20% depende del Estado, sin contar jubilados y pensionados (la mayoría nacionales).
El sueldo mínimo de bolsillo es de 5.145 pesos. Los mejores sueldos en general oscilan entre los 12 y los 15.000 pesos.


La flotación

La información pública es básicamente la que hace circular la casa de gobierno y todos los entes públicos, dado que si una fuente de trabajo ha crecido exponencialmente en los últimos años para el área de la comunicación ha sido la prensa institucional. Nadie que se piense como personaje ‘público’ carece de un asistente de prensa.

“Ayudame en la campaña, hay que analizar información, armar estrategias comunicacionales. Te contrato a través del Congreso” le dice el pariente directo de un legislador nacional a un periodista.

A mediados de este año se sacó de Internet el Boletín Oficial on line, pero regresó después de una tenaz campaña en la que Fopea fue protagonista. No hubo explicaciones.
El año pasado, también por el alerta de Fopea, se frenó un intento abusivo de colegiación de periodistas.
Este año anda dando vueltas un proyecto para regular éticamente la profesión. Todavía no prosperó.
Así las cosas, para cualquier periodista riojano leer o escuchar lo que dicen los medios de comunicación de La Rioja es repasar todos los materiales que han llegado previamente a su casilla de correo desde los organismos oficiales de prensa.
Hay excepciones. Hay unos pocos medios y periodistas que tienen la iniciativa, que entrevistan (cuando los funcionarios y legisladores los atienden), que dan lugar a las minorías, que intentan fijar su propia agenda, que no reciben regalos, que guardan una distancia prudente del poder.
Pero es difícil.
Hay que flotar.

“Yo saco 3.000 pesos por unas 4 horas de trabajo, sin contar con el tiempo que me lleva estar informado”
“Soy empleado estatal, pero en realidad trabajo para un multimedio privado (propiedad de un dirigente)en el mismo horario
“Soy empleado de medios estatales y a la vez trabajo para un medio privado, para completar unos mangos más”
“Yo soy asesor”
“Vendo publicidad, compro el espacio”
“Soy monotributista”
“Cobro 200 pesos por día, pero no de trabajo. Por día en que mi trabajo es publicado. Los gastos corren por mi cuenta”
“Como casi todos, no vivo del periodismo. Mi principal ingreso es otro”

En La Rioja hay 5 universidades y 30 institutos superiores, carreras de comunicación en ambos ámbitos, pero es difícil ser un periodista profesional. Hay decenas de emisoras de radio en toda la provincia, dos diarios y varios semanarios, muchos portales de Internet, canales de televisión tradicionales y on line.  
Los contenidos son limitados y la investigación periodística, escasa.
Hay mucho de pasión, de voluntad, de adrenalina en hacer periodismo. Muy pocas veces alcanza para nadar, la mayoría de las veces se flota, pero muchos se ahogan.

Caso 1:
Profesional de experiencia: “No me pagues, no te pago. Dejame hacer este programa. Vos ponés el aire, la tecnología, el operador y el teléfono y yo la producción y puesta al aire”.
Empresario de medios: “No puedo, tengo 20 empleados. Con vos pierdo la pauta oficial”.

Caso 2:
Responsable de Prensa institucional de organismo público: “Yo te doy dos móviles, te los pago, pero tenés que cubrir todos nuestros movimientos”

Caso 3:
Funcionario de Prensa oficial: “Uds. Se dedican a ser terrorismo desde la radio ¿y así querés cobrar la pauta?”

Caso 4:
“Ayer un móvil de turno cubría la actividad del ministro X. Una vecina disconforme intentó salir al aire por la radio, a través del móvil. Mientras era entrevistada, llegaron 4 tipos que, en nombre del ministro X, le arrebataron el equipo al móvil e interrumpieron la nota, que salía en vivo. El periodista se fue, con el miedo lógico”.

Las redes

Desde 2011 el gobierno dispuso que todos los alumnos y docentes de todos los niveles del sistema educativo tuvieran computadoras portátiles y el servicio de Internet gratis o a bajo costo a través de una empresa estatal (Internet para Todos).
Lo que se presentó como una política destinada a mejorar la calidad educativa  y una “revolución” en la educación, fue una revolución cultural. No hubo filtro posible. La gente se fue apropiando de la red a través de redes sociales.
Los nuevos movimientos sociales, configurados bajo el modelo horizontal de asambleas ciudadanas, habían surgido 5 años antes para resistir el avance de la megaminería.
Las redes convergieron con los movimientos ciudadanos.
Y la credibilidad de los medios quedó al desnudo, frente a las alternativas de escuchar pluralidad de voces sin la mediación de los medios tradicionales.
El mar se embraveció, pero las islas fueron surgiendo. En lugar de estar aisladas, se configuraron en archipiélagos. Y el ancla comenzó a comportarse como si sólo encontrara arena para intentar asirse inútilmente a algo firme. Famatina rompió las barreras informativas y se convirtió en nave más allá de La Rioja. En 2013 un movimiento básicamente estudiantil, pero interestamentario, después de un mes de toma puso fin a una réplica del régimen provincial que gobernaba la Universidad Nacional de La Rioja desde hacía más de 20 años.  Antes y después de la toma hubo elecciones. En las PASO ganó la oposición y en octubre el oficialismo la superó por agónicos 707 votos. Y a fines de agosto pasado Fernando Rejal, un Ministro del gobernador Luis Beder Herrera, reconoció públicamente que "el peronismo corre el riesgo de que no le vaya bien” en el 2015.
Las redes son, para los periodistas, fuentes varias de información y franca competencia. Lo que no se dice en los medios tradicionales, se dice allí. Lo que en los medios tradicionales y los nuevos medios puede significar una denuncia judicial contra sus editores responsables, en las redes se diluye (por ahora) entre versiones de versiones.

“-¿Por qué no dijiste, por qué tu medio no publicó esto?
-Porque no hay ninguna prueba, ningún testimonio. Capaz que fue cierto, pero no podemos divulgar una versión porque sólo es verosímil. En la residencia oficial de la gobernación supuestamente había dos personas. Supuestamente se pelearon por un perro. Supuestamente hubo disparos. Supuestamente eran el hijo del gobernador y un guardia. Pero no hay nada concreto.
-¡Cobardes, vendidos! ¿Cuánta plata te está poniendo Beder?
Mientras tanto el gobierno denunció al periodista y editor de un portal que difundió la versión, que fue tomada por varios medios nacionales. En horas nomás, fue citado por la justicia a declarar, ni él sabía en calidad de qué”.

¿Cómo se flota en estas aguas?  ¿Cómo se ejerce el periodismo en este mar de incredulidad, de descreimiento, de sospecha generalizada?
¿Cómo se logra la independencia sin haber alcanzado la autonomía?
¿Cómo se hace periodismo profesional, bajo reglas éticas que nos autoregulen?
¿Acaso las condiciones limitantes en el ejercicio profesional sirven de excusa para los periodistas?
¿Son la mejor coartada a la vista frente a otros problemas, que también tenemos, de irresponsabilidad, negligencia, falta de formación adecuada, comodidad, resignación y directamente corrupción?
No debería, no debería.
Hay algunos atajos. Pocos. Uno de ellos es ejercer a la vez la docencia, donde se ingresa no por la cara sino por y donde se supone que hay estabilidad en el cargo.
Claro, otro atajo sería vender la publicidad a muchos anunciantes privados.

“-Pero si querés que diga, que la radio hable, ¡contratá una pauta!
-¿Con qué guita? Cada vez vendemos menos y la recesión nos está matando. No podemos reponer mercadería, menos podríamos hacer publicidad…”

En La Rioja los problemas y preocupaciones de los periodistas que han participado de las consultas de Fopea en todo el país son una realidad, una parte del cotidiano, aunque sólo reconocidos por aquellos que logran desnaturalizar este estado de cosas.
Lo peor de los condicionamientos externos es su internalización, porque entonces nos arriesgamos a creer que este modo en el que las cosas son hoy es el único posible. Incluso muchos de nuestros colegas aparecen convencidos del discurso oficial. Aún recuerdo aquel periodista de la TV oficial que, mientras informaba sobre los resultados en agosto 2013, prácticamente retaba a los electores en las PASO por haber votado en contra del oficialismo.


En 2011 mil periodistas de todo el país decían creer que el periodismo estaba condicionado. Tres años después las percepciones de los periodistas se habían agravado:

  • El principal problema que los propios periodistas mencionan es el bajo nivel salarial (48%)
  • En segundo lugar, la dependencia de la publicidad oficial (más señalada en el interior del país) y la falta de rigor profesional de los periodistas, ambas con el 37%.
  • El nivel de credibilidad de los periodistas argentinos en la sociedad de hoy es medio (5.6).
  • “La evaluación del nivel de independencia en el ejercicio de la profesión es de 6,4. Bajó con respecto a la encuesta realizada en el 2011 que era 7”.
  • “El 61% de los periodistas definen principalmente al periodismo de hoy como condicionado y en menor medida como crítico, extorsivo y complaciente”.


Al menos en La Rioja, las redes sociales y en cierta medida los medios comunitarios han disminuido el recorte en la circulación de información. Periodistas y medios pueden autocensurarse, el poder puede censurar, pero no pueden censurar las redes ni los mensajes de texto. No, al menos, al costo de asumirse públicamente como totalitarios.

Si, entonces, la situación de la provincia se agravó frente al avance estatal y gubernamental y, a futuro, el ejercicio profesional del periodismo ‘de medios’ es una gran incógnita, lo que verdaderamente ha mejorado aquí es un sector no desdeñable de la sociedad civil y es posible que, en la medida en que los periodistas sepamos buscar alternativas, fortalecernos y aceptar nuevos desafíos, el panorama mejore también para nosotros.
Sería algo así como reaprender a nadar en alguna dirección, en lugar de sostenernos a flote como podamos.
Obvio, nadie dijo que sería fácil.

Como intelectuales, es bueno que los periodistas asumamos que “no hay democracia efectiva sin verdadero contrapoder crítico. (…) El trabajo de demolición del intelectual crítico – muerto o viviente (…) – es tan peligroso como la demolición de la cosa pública” (P. Bourdieu (2011) ‘Intelectuales, política y poder’; EUDEBA)






[i] Licenciada en Comunicación Social UNC; Master en Sociología y Ciencias Políticas FLACSO; Corresponsal Agencia DyN desde 1993. Investigadora.

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