TOTALITARISMO EN DEMOCRACIA:
UN REGIMEN IMPUNE EN UN ESTADO IMPOTENTE
LA RIOJA, oct 6 - El 15 de julio pasado Enrique Tello Roldán
asumió su octavo mandato consecutivo como rector de la Universidad
Nacional de La Rioja.
Lo hizo por unanimidad, con el 99 por ciento de los votos. Ni votos en
blanco hubo. Tampoco oposición, eliminada cada tanto mediante alguna
purga, al estilo stalinista.
Esperaba completar este mandato hasta 2016 con una vicerectora
inexperta, médica, de 31 años: Valeria Quinteros.
A lo largo de este período Tello Roldán impuso un régimen de
sojuzgamiento y terror. Todo aquel que quería trabajar en él debía
postrarse a sus pies.
Las más diversas arbitrariedades y abusos de poder se han cometido en
esta Universidad nacional que, en plena democracia argentina, parece una
isla. Muchas traspasan las rejas de la universidad recién ahora.
Empezó contratando docentes por doce meses, para luego cubrir sólo siete
meses al año; cubriendo más y más cátedras con las mismas personas y por
el mismo precio, a medida que abría carreras como puestos de fruta.
Llamaba a concurso por cargos simples y sólo si el ganador hacía
profesión de fe, aumentaba la dedicación.
Antes de cada elección solía tomar el teléfono y barría la agenda del
personal con llamadas directas, confiando en que "me dará su voto".
En 1998 le supe decir que no votaría a su candidato para decano del
departamento de Ciencias Sociales. Inmediatamente entré en supuesta
incompatibilidad y cobré menos.
Presenté los papeles vía administrativa, como prevé la ley, que un año
después se habían perdido del expediente.
Finalmente me enteré que ya no formaba parte del plantel porque no tenía
nada depositado, según el cajero automático.
Denuncié la situación públicamente, ante el silencio de todos. Fui de
las primeras, pero no la excepción sino, de ahí en más, la regla que
alcanzó a cientos de personas, de distinta manera.
La UNLaR era ciega, sorda, muda. Imperturbable.
Por entonces ya tenía denuncias por desmanejo de fondos públicos y luego
se sucedieron las de la FUA, gremios docentes y codocentes.
Asumió el gobierno nacional la Alianza y no pasó nada. Asumió el
peronismo, tampoco. Ningún órgano de control quiso tocarla. Y el régimen
se regodeó en su propia impunidad.
Tello Roldán organizó gremios y centros de estudiantes afines, los
únicos que podían funcionar, y cada tanto traía un sospechoso premio del
exterior.
Hasta que el 14 de setiembre pasado el escándalo estalló en las redes
sociales, el 18 se convirtió en toma de la ciudad universitaria y salió
a la calle tres veces, la última el domingo pasado, con una marcha jamás
vista en La Rioja: más de 20.000 personas.
En cualquier caso, diez cuadras de gente, mucha que no había salido
jamás por ninguna razón.
Una "marcha tierna" como dijo el secretario del consejo Superior, José
Luis Giromini.
Tierno y duro son adjetivos siempre relativos.
Dice German Pratt que lo ocurrido es consecuencia de las "situaciones
generadas por la forma de ejercicio del poder y por el rumbo nefasto a
que se orientaban las acciones", como "la desvinculación inconsulta y
forzada de docentes en edad jubilatoria y las reducciones de dedicación
a docentes en la liquidación del mes de Agosto".
Tello Roldán encuentra su fin por los estudiantes y unos pocos docentes
y codocentes que son, todos juntos, la imagen misma del hartazgo en
medio del discurso permanente de una discutible "excelencia académica".
Jóvenes que desde hace más de 20 días duermen en el piso, en carpas,
resguardando el complejo edilicio que hizo construir Carlos Menem cuando
fue presidente.
Una pomposa ciudad de la ciencia y de la técnica encabezada por el
rectorado, lógicamente el más alto, que el rector decoró con esmero, con
réplicas de un pasado helénico del que quiere hacer gala, con maderas
lustradas, un ascensor personal y sin rampas.
Se hizo construir un hospital de clínicas que nunca funcionó del todo;
un centro de investigación que ahora es su bunker; un albergue y logró,
sí, la urbanización del sur de la capital y la ampliación del mercado
inmobiliario mediante la construcción de miles de mini departamentos
para estudiantes de San Juan, Catamarca, Salta, entre otros sitios.
El 'académico' no dudó en traer a la barra brava del club Belgrano de
Córdoba, los 'piratas', para que intentaran recuperar el edificio al
inicio de la toma, visto que aquí la policía federal tiene escaso
personal y los gendarmes fueron llevados al conurbano bonaerense, por
suerte.
Presionado por gobiernos, dirigentes de todos los sectores y colores,
entidades de diverso tipo y la toma en sí Tello Roldán redactó una
renuncia mal escrita, supuestamente indeclinable, que aún espera ser
aceptada.
Y habló, mostrándose como nunca antes como aquel hombre providencial que
vino a traer la civilización a la barbarie: "Ganó Barrabás, aunque yo no
soy Cristo".
MRS
Sostengo el nombre de mi blog, porque me sigue dando muchas satisfacciones. Sin embargo en esta etapa de mi vida, este blog es el medio que elijo para expresarme sin cortapisas, sencillamente. Podrán ser materiales propios o ajenos - con las citas correspondientes - pero en todos los casos los he compartido por considerarlos de algún valor.
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