LA RIOJA - MINERIA
PRESERVAR EL FAMATINA ES 'PARTE DE LA RELIGION'
Por María Rosa Di Santo
FAMATINA, LA RIOJA, ago 18 (DyN).- "Nosotros no lo podíamos creer" dice sonriendo una mujer
cobriza, trabajando para el turismo y charlando en libertad sobre los resultados de las
PASO de hace una semana aquí, en Famatina, y en toda la provincia, cuando el aparato
oficial del Frente para la Victoria fue derrotado.
Famatina es hoy un símbolo de resistencia y lucha.
Es un departamento integrado por varios pueblos: Campanas; Pituil; Santa Cruz, Angulos;
Chañarmuyo y la cabecera, Famatina, ubicados entre la ruta nacional 40 y la provincial 11
al oeste de la capital.
Entre la ciudad de La Rioja y Famatina un inmenso cordón montañoso, el Velasco, hace que la
distancia aumente de poco más de 100 kilómetros a 250 y 300, según por dónde se vaya.
Y Famatina es en sí mismo también un cordón montañoso único por sus colores: rojo, verde,
gris azulado, ocre, coronados por el blanco de la nieve en la cima; porque por sus anchos
cauces de ríos de montaña bajan normalmente arroyos de agua amarilla; porque se puede
sentir en los pájaros y las acequias.
Famatina, después de un siglo de la explotación inglesa de la minería, hoy es básicamente
natural, agrícola, de un enorme potencial turístico por sus características únicas y porque
se ha convertido en símbolo de éxito en la lucha de abajo hacia arriba. Creció "desde el
pié" como decía Zitarrosa.
Y así lo ve su gente, que en parte vive del empleo público, en parte laborea la tierra
produciendo nueces y uva en altura, deja pastar los animales; es atenta a las preguntas de
los visitantes que, cada vez más, preguntan "por acá voy bien para el corte" en lugar de
buscar la salida a la montaña en 4x4. Que es más o menos lo mismo, pero sólo en la
práctica.
Por alguna razón, los famatinenses han logrado imaginar lo que significaría para ellos la
gran minería a cielo abierto.
Además de tener muy en claro que el agua "no se negocia", cuando hablan parecen haber
sustituido imaginariamente la postal que hoy es Famatina por una foto del crater gigante
que está quedando en Bajo la Alumbrera, Catamarca: "Se imagina? un inmenso pozo en lugar de
este paisaje?" nos dicen.
Y entonces la megaminería no resiste el menor análisis. Porque el trabajo puede ser bien
pago pero es transitorio; porque de la contaminación no se vuelve; porque perderían el
paisaje y porque, salvo para algún par de alianzas o los abridores de orejas de las bebés,
difícilmente ellos podrían beneficiarse con el oro.
Esta gente sencilla, que nos dice "él no está" cuando preguntamos por el Santuario del Niño
Jesús de Gualco, en Angulos, parece creer, a despecho de la teoría evolucionista, que a la
naturaleza la hizo Dios. Y si ellos pueden portar la imagen sagrada de ese niño en
peregrinación, en pleno verano, 40 kilómetros hasta Famatina, no van a ir contra Dios.
En el corte de Alto Carrizal, ya sin el riesgo de que la empresa canadiense Osisko Mining o
la china Shandong Gold o la multinacional Barrick Gold vuelvan "por ahora", hay una guardia
mínima.
La resistencia se sostiene, digamos, con piloto automático.
El guardia, hombre de la zona, reflexiona: "si viene un camión de las mineras, yo qué
podría hacer? aviso para que venga el pueblo, porque acá to-dos vamos a parar la minería. A
mí, solo, me dan un palo en la cabeza y ya está".
Y por qué sostienen el corte a casi 3.000 metros de altura, le preguntamos a otras
personas, gente de pueblo. gente de fe: "Porque al 'diablo' no le creemos nada".
¿Sabrá el gobernador Luis Beder Herrera, a quien le cabe ese mote desde hace muchos años por
su 'picardía' política; sabrá la Presidenta Cristina Fernández, que impulsa la megaminería,
sabrán los dirigentes políticos que no saben qué hacer con este pueblo en lucha, que 'el
Famatina no se toca' es "parte de la religión"?
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